Originariamente era un beaterio en el siglo XI, transformándose en convento en el siglo XIV. Sobre la puerta de entrada hay una inscripción que dice “Haec est domus paupertatis” (esta es la casa de la pobreza), palabras que mandó poner Santa Clara en la puerta de sus monasterios. Sobresale la torre de planta cuadrada con doble arco de medio punto finalizada con una espadaña.
En el edificio actual las partes más antiguas que se conservan datan del siglo XV y un claustro del XVIII aunque muy modificado.
Después de un gran incendio sufrido en el siglo XVI es reconstruido mejorando su situación considerablemente, y llegando a ser, en el siglo XVIII, uno de los mejores templos de la provincia, contando la comunidad que congregaba con unas importantes rentas.
A principios del siglo XIX, con ocasión de la invasión de la villa por las tropas napoleónicas, los franceses ocupan el monasterio para alojarse, expulsando a las monjas y dañando gravemente el edificio que sufriría la pérdida de una buena parte de su archivo
Entre 1810 y 1812 el edificio funcionó como hospital militar y posteriormente como albergue de enfermos transeúntes.
Actualmente el convento está formado por un edificio rectangular que conserva en su interior la estructura original. La iglesia consta de una sola nave con arco triunfal que da paso al presbiterio.
El claustro central, del siglo XVIII, forma un cuadrado con arcos de medio punto en el primero piso y el techo es de artesanado sencillo. El tercer piso tiene dos alas con arcos abiertos. Posee una cocina monástica del siglo XVII.
En la actualidad, se trata de un convento de clausura. Se puede visitar su capilla y acudir la misa diaria a las 9:00 h.