Ribadeo Camino Norte

Ribadeo
Más allá del Camino

El Camino del Norte, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es junto con el Camino Primitivo una de las vías de peregrinación a Compostela con mayor historia y antigüedad.

Cuando se descubren los restos del Apóstol (siglo IX) el culto a Santiago se inicia con fuerza en el Reino astur-galaico y obtiene, más allá de los Pirineos, una rápida respuesta popular.

Esta sería la vía utilizada en numerosas ocasiones por reyes europeos y peregrinos ilustres como san Francisco de Asís para alcanzar Compostela, y aunque perdió protagonismo tras la Reconquista y la potenciación del camino francés por parte de la monarquía del siglo XII, la persistencia de peregrinaciones consiguió afianzar la ruta que pasaría ya a conocerse también como Camino de Santiago de la Costa.

Recorriendo el Camino el peregrino cruzará puentes, calzadas romanas, sendas milenarias, atravesará pueblos de larguísima tradición jacobea, llenos de gente hospitalaria y, por supuesto, de espacios increíbles. Supone caminar por una ruta con doce siglos de historia y dejar atrás hábitos y rutinas que hoy, como en los albores de la peregrinación, transforma a quién lo experimenta por lo menos una vez en la vida.

Esta ruta jacobea en Galicia discurre por caminos que son el escenario secular alrededor del cual se erige un patrimonio arquitectónico y etnográfico sobresaliente y diferenciado del resto de la Península.

"El Camino del Norte es posiblemente una de las opciones que nos brindará mayor belleza paisajística y supone disfrutar de una infinidad de paisajes llenos de contrastes."

Ribadeo
Puerta de entrada

El Camino Norte es un itinerario de comercio, cultura y peregrinación que conduce a Santiago de Compostela por el norte, teniendo en Ribadeo uno de sus hitos señalados. Devotos procedentes no solo de tierras asturianas, sino también de todo el norte de la península, e incluso, del norte de Europa llegados por mar a los puertos vascos y cántabros procedentes de Inglaterra, Flandes, Alemania o Escandinavia, entraban en Galicia cruzando el mar Cantábrico a través de la hermosa ría de Ribadeo.
Es nuestra histórica villa puerta de entrada y punto de partida en Galicia de la ruta jacobea. Desde aquí, 193,2 km separan al peregrino de su ansiado destino, la catedral de Santiago.

RibadeoXCamino

Los peregrinos una vez llegados a Castropol se embarcaban para cruzar la ría de Ribadeo y entrar en Galicia por Santiago de Vigo, la vieja “Ripa Euve”, Ribadeo en la actualidad. Está documentada la existencia desde la edad media de barcas distribuidas por la ría que facilitaban el paso del peregrino hasta su desembarco en el puerto de Porcillán, antiguamente conocido como Julián.

Hoy el puente dos Santos acerca Asturias y Galicia, simplificando la entrada en Galicia.

San Julián, apodado el Hospitalario, es patrón de los peregrinos, hosteleros y barqueros. Cuenta la tradición que tras haber matado a sus padres por equivocación se convirtió en barquero, ayudando a cruzar un peligroso río a los viajeros y llegando a fundar un hospital para atenderlos en su travesía junto con su esposa. Desconocemos si realmente el motivo de esta denominación inicial del puerto se encuentra en un intento de tratar de vincular el río en el que San Julián trabajaba como barquero con la propia ría de Ribadeo para promover la peregrinación a Santiago por nuestra villa, pero sí conocemos la labor desarrollada por el matrimonio Bela.

Pedro Belo y su mujer María Bela fundarían una barca piadosa que donarían al Monasterio de Sar y a las autoridades eclesiásticas de Ribadeo junto con una casa, a condición de que las dos comunidades mantuviesen en dicha casa “un hombre navegante que en su barco lleve y traiga sin carga y sin precio a los yentes y vinientes por Puerto Julián, que está sobre Ribadeo». Se fundaría así en el año 1206 la obra del Hospital da Barca de la que desconocemos cuanto duró, pero que trató de favorecer en su paso de Galicia a Asturias, a las gentes que desde todos los puntos de Europa venían a visitar el sepulcro del apóstol Santiago.

De catedral a catedral

Hoy en día los lugares más visitados e internacionales de Galicia son Compostela con su catedral, obra cumbre del arte universal, y la playa de As Catedrais donde las poderosas aguas del Cantábrico labraron, con el paso de los siglos, lo que hoy se antoja como un capricho de la naturaleza, y sorprenden al parecerse más a un decorado, minuciosamente trazado, que a una sucesión de cuevas, pasadizos y arcos, convirtiéndose en una de las playas más bonitas del mundo.

Estos dos recursos forman parte de un importante nexo de gran valor y riqueza y se abrazan en un viaje conjunto en el que cualquier viajero que quiera llevarse una imagen mágica de Galicia no debe renunciar a su visita y asombrarse ante el poder de creación de la naturaleza y del ser humano.

Para el peregrino que comienza su recorrido en Ribadeo, la playa de As Catedrais es una visita imprescindible donde cargar fuerzas antes de adentrase en la Galicia mística y dejar atrás el olor a salitre del Cantábrico.

De la catedral natural a la catedral espiritual

Mundialmente conocida como Playa de As Catedrais, su nombre original es el de Playa de Augas Santas en referencia a las propiedades curativas de sus aguas, a las que acudían, como un ritual de final de verano, numerosas personas del interior de la provincia para tomar los baños con finalidad  depurativa y sanadora, pues estas aguas poseen una gran cantidad de yodo con función regeneradora tanto para la piel, como para reforzar las defensas gracias a sus propiedades antibióticas, antiinflamatorias, hidratantes y mineralizantes.

El Camino Norte sirve de eje vertebrador entre estas dos catedrales, permitiendo disfrutar al caminante de esta gran riqueza tanto natural como cultural.

La playa de As Catedrais, un monumento natural con una dimensión sobrenatural, sorprenderá a los peregrinos que se desvíen unos pocos kilómetros de su camino para conocerla. Solo hay que esperar a la marea baja, descalzarse, echar a andar…

Ruta del Camino de Santiago

La etapa por tierras Ribadenses es un trayecto de unos 16 km., que se inicia en el puerto desde donde el peregrino ascenderá por la calle Amando Pérez, antiguamente calle Mayor, hacia el casco histórico de la villa, que se alza sobre una atalaya natural desde la que divisar la belleza de la ría que le da nombre, y adentrarse en su importante conjunto arquitectónico medieval y moderno.

Callejear por su ruta ilustrada permite al caminante adentrarse en una traza urbana única, producto del auge económico vivido en el siglo XVIII de la mano del comercio marítimo, cuando destacados comerciantes locales y foráneos atraídos por este esplendor comercial van a promover la construcción de nuevas viviendas favoreciendo la transformación de la villa, de sus infraestructuras, calles y arquitectura, aportándole un carácter y espíritu propio, singular en Galicia.

Comenzada la subida, el caminante deja atrás el edificio de la antigua Aduana con su hermosa fachada orientada hacia el norte, pazo construido en 1726 que sería sede de la aduana llegando a ser la tercera en volumen de recaudación del antiguo reino de Galicia, solo por detrás de las de A Coruña y Ferrol. Sus amplios bajos servían de almacenes y alfolí, es decir, de pósito y de almacén de sal.

Ascendiendo por la que en el siglo XVIII era la principal vía de la villa, el peregrino avanzará entre un buen número de viviendas tradicionales, tanto humildes, de planta baja, como otras de mayor empaque. Las más reseñables por ser propiedad de importantes comerciantes de la villa son la conocida como Casa de Abaixo, construida por Francisco Antonio de Bengoechea, comerciante de origen vasco, donde ubicará la Casa de banca y comercio Bengoechea, dedicada a la actividad comercial, naviera y bancaria, a comienzos del siglo XIX, o el pazo que perteneció a los Miranda y que luce sus armas. Su primer propietario fue don Pedro de Miranda Osorio, caballero de Santiago, que se enriqueció en el siglo XVIII con el comercio de madera.

Más arriba, y cuando divisamos al fondo los árboles de la Plaza de España, centro neurálgico de la villa en la actualidad, la hermosa casa de don Clemente llama la atención con sus balcones y galerías, acercando al peregrino a un nuevo elemento clave para conocer la idiosincrasia ribadense. La emigración a América y la importante huella dejada por los emigrantes retornados, los indianos, convierten a Ribadeo en el municipio gallego con mayor tasa de viviendas indianas o de indianos.

Frente a la casa de don Clemente, la plaza de Abaixo, antigua plaza mayor de la villa y centro neurálgico de la convivencia ciudadana hasta el siglo XIX, se abre al caminante. En la actualidad asoman a esta plaza magníficos edificios que reflejan en sus fachadas la historia de la villa. La Torre de los Moreno, el antiguo consistorio, el cine Colón y magníficas viviendas con balcones y galerías de finales del siglo XIX y principios del XX.

Finalizada la subida, el Camino llega a la Plaza de España, cuyo nombre histórico es el de plaza del Campo, por estar ubicada fuera de la antigua muralla de la villa y cuando aún no existía la alameda. Alrededor de esta plaza se alzan construcciones que permiten recorrer la historia de Ribadeo, como el pazo neoclásico de Ibáñez, la Torre de los Moreno, el Convento de Santa Clara y la Iglesia Parroquial de Santa María del Campo.

De visita obligada para el peregrino, la iglesia parroquial de Santa María del Campo fue parte del antiguo convento franciscano fundado, según la tradición, por Francisco de Asís durante su peregrinación a Compostela en 1214, al llegar hasta aquí por ser Ribadeo sede episcopal en ese momento.

Poco queda ya del templo medieval reconvertido en parroquial con la denominación de Iglesia de Santa María del Campo tras la desamortización. Hoy tiene tres naves abovedadas y una singular capilla en la que está enmascarada la entrada a la antigua sala capitular.

En la cercana calle de Villafranca del Bierzo existió un hospital para peregrinos que da testimonio de ser Ribadeo una villa hospitalaria ya desde el siglo XII, el Hospital de San Sebastián. Numerosos escritos aseguran que el hospicio acogía a “pobres, peregrinos, transeúntes y enfermos”. En el año 1550 el hospicio disponía de 20 camas y a los peregrinos se les “daba albergue sólo durante 24 horas en las cuadras de la planta baja proveyéndoles de leña para hacer lumbre, paja para acostarse y una manta del país para cubrirse”.

En 1766 se produce su fusión  con el hospital de San Lázaro, desapareciendo definitivamente en 1857 ya convertido en hospital de caridad y centro de asistencia.

Abandona el Camino el Casco Histórico por la calle San Francisco encaminándose hacia la Capilla de San Lázaro. Situada en el barrio del mismo nombre, al pie del antiguo Camino Real que iba a Mondoñedo, hoy es un paso obligado para los peregrinos que transitan el camino hacia Santiago. Es lo único que se conserva del antiguo hospital del mismo nombre que existió desde el siglo XIV para la atención de enfermos de lepra.

La capilla como el hospital fue siempre muy humilde. En la puerta izquierda, guardada por rejas, hay un pequeño altar con la imagen de San Lázaro, patrón de los leprosos y los pobres, motivo por el cual a los hospitales en general y en especial a los infecciosos, y más frecuentemente a los leprosos, se les llamara “lazaretos”.

Desde aquí, el Camino continúa por una antigua ruta, quizás romana o tardorromana, que además era la principal vía de acceso al interior de Galicia y a la antigua capital de Mondoñedo, y que nos llevará a Vilanova de Lourenzá.

El Camino de Santiago en tierras de Ribadeo discurre por un territorio que conserva en gran medida las formas y modos de vida tradicionales, lo que permite la identificación sobre el terreno de un paisaje cultural desde el punto de vista histórico, arquitectónico, arqueológico y etnográfico, además de los valores inmateriales como depositarios de las actividades y costumbres tradicionales que se conservan.

El peregrino cruzará las parroquias de Ove, donde la antigua Orden de los Caballeros Hospitalarios tuvo una de sus casas dependiente del Hospital de Portomarín, Covelas y Arante. En esta última, en el barrio de A Ponte, la visita al Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes es obligada.

Se trata de un santuario muy venerado y visitado por los fieles debido a la fama de milagrosa de su virgen. El origen de este templo data de finales del siglo XIV, aunque fue reformado en los siglos posteriores. En el altar se conserva un retablo renacentista con imágenes de Nuestra Señora de las Virtudes y un Santiago Matamoros.

Este templo conserva un rico patrimonio en pinturas murales tardo-medievales, así como un singular exvoto pintado que relata la intervención milagrosa de la Virgen a favor del navío Santa Catalina, en 1595.

La relación del lugar de A Ponte con el Camino de Santiago viene de antiguo, al existir en este punto desde el siglo XVI un hospital, bajo la advocación de San Andrés, para pobres y peregrinos a los que había que darles, sin paga ninguna, casa, cama, luz y leña. Los peregrinos solo podían pasar una noche, el encargado de recibirles era el hospitalero, al ser esta una de sus funciones al igual que hacer las camas y la comida “y tenga cargo de labar la ropa y hazer y dar lumbre a los dichos romeros”.

En 1834 una gran riada llevaría por delante el edificio del hospital y la capilla de San Andrés con sus imágenes que estaba unida al mismo, desapareciendo en esta fecha la actividad hospitalaria en A Ponte.

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¿Por que Ribadeo?

Porque existe un Ribadeo natural, cultural, vivo y próximo.

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En cada rincón encontrará una tienda o establecimiento que define el día a día de la población local y su dinamismo comercial.

RibadeoXCultural​

En Ribadeo siempre hay algo para ver o para hacer. La villa dispone de diversos espacios dotados de una programación para todos los públicos.

RibadeoXNatural

Ribadeo forma parte de la declarada por la UNESCO en el año 2007 Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos e terras de Burón.